Comienza la segunda fase de los Talleres de Pensamiento Libre en Plena inclusión Andalucía
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Desde hoy y hasta el próximo mes de diciembre se desarrolla en el club social Alhami, en Sevilla, la segunda fase de los talleres de Pensamiento Libre. Tutorizados por la Escuela de Pensamiento Libre de Valencia y coordinados desde las áreas de Ciudadanía Activa y de Apoyo a Familias de Plena inclusión Andalucía, los talleres de Pensamiento Libre se enfocan en las potencialidades de las personas para adentrarlas en un ambiente de reflexión y diálogo en el que el respeto a todas las opiniones es primordial.
Juan Carlos Morcillo, uno de los fundadores de la Escuela de Pensamiento Libre de Valencia (EPL), nos cuenta que en sus años de trabajo en Plena inclusión Comunidad Valenciana se fue percatando de que la medición clásica de la inteligencia no reflejaba de manera fiel todas las capacidades de una persona, como por ejemplo, la capacidad de abstracción, que en muchas personas con discapacidad intelectual es bastante alta. Coincidió también por aquel entonces con Chema Sánchez, co fundandor de la EPL, profesor de Filosofía y presidente de la Asociación de Filosofía para Niños de Valencia, quien le presentó esta metodología centrada en hacer pensar a las personas, y que supondría el tándem perfecto para motivar y formar a los grupos de autogestores con los que trabajaba.
De esta forma nacieron los primeros acercamientos a esta metodología, en 2008, y poco después se constituyó la Escuela de Pensamiento Libre, un lugar pionero cuyo claustro de profesores está formado por personas con y sin discapacidad intelectual y que organiza los talleres que actualmente se reparten por todo el país, gracias a un acuerdo de colaboración con Plena inclusión España.
En las sesiones, según nos cuenta Capilla Hermoso, licenciada en Filosofía y una de las facilitadoras de los talleres de Pensamiento Libre que se imparten en Andalucía, “se trabajan tres ámbitos, el pensamiento crítico, la educación emocional y la educación en valores y casi siempre se escoge un hilo conductor y unos estímulos, que pueden ser muy variados –textos, canciones, vídeos, etcétera- para que surjan la reflexión y el diálogo”.
Lo diferente de estos talleres es que en ellos no se trata de llegar a consensos porque “hay que respetar todas las opiniones y no se trata de convencer ni de debatir, sino de reflexionar a la luz de lo que aporten los compañeros”, explica Capilla, y añade, “yo misma aprendo muchísimo porque sus respuestas me hacen replantearme muchos pensamientos y me aportan conocimiento”. En esto coincide Juan Carlos Morcillo: “son talleres muy potentes incluso para quienes los imparten”.
En cuanto a los efectos que tienen sobre las personas con discapacidad intelectual que asisten a los talleres de Pensamiento Libre, Morcillo resalta que aumentan su nivel de autoestima, ya que “son personas que normalmente no dan por hecho que pueden pensar por sí mismas, y estos talleres les ayudan a eso, a pensar”.
Que el grupo sea estable es un factor muy importante en el desarrollo de las sesiones de Pensamiento Libre. El que se está desarrollando en Sevilla, según Capilla, una de sus facilitadoras, “Está bastante unido, además de que muestran mucho respeto por las opiniones de sus compañeros. Es pronto para poder hacer conclusiones, pero de momento se aprecia mayor soltura en las personas más tímidas y un ambiente muy acogedor”.