Rosario Ruiz comparte en el encuentro Da la Cara X la Igualdad su experiencia de recuperación de su capacidad jurídica

Aquí puedes ver el video del Encuentro:

Rosario Ruiz comparte en el encuentro Da la Cara X la Igualdad su experiencia de recuperación de su capacidad jurídica

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Con motivo del Día Internacional de la Mujer, Plena inclusión España celebró ayer un encuentro bajo el nombre Da la Cara X la Igualdad, en el que mujeres con discapacidad intelectual contaron experiencias personales sobre temas de interés para todo el colectivo. Junto a otras cuatro mujeres que intervinieron en el encuentro, además de la multitud de personas que asistieron de forma telemática, Rosario Ruiz, persona con discapacidad intelectual de nuestra entidad Aturem, compartió cómo ha vivido el proceso de recuperación de su capacidad jurídica. A medida que iba explicando el proceso, eran cada vez más numerosos los mensajes de ánimo y admiración que los asistentes expresaban por escrito, tan emocionante y detallada fue su versión de lo vivido.

Desde Plena inclusión Andalucía hemos pedido autorización a Rosario, Chari, como le gusta que le llamen, para publicar su intervención de forma íntegra y resaltamos cómo concluía: animando a todas las personas que quieran empezar este proceso que no tengan miedo, que no van a estar solas. 

«Me llamo Chari, tengo 53 años y os voy a contar como ha sido mi experiencia, estando incapacitada legalmente.

Cómo fue mi  proceso de incapacitación

En mi centro había un Señor que decía que era Asistente Social, que reunió a todas las familias y les aconsejaron que nos incapacitaran porque nos podían quitar la paga no contributiva.

Entonces mis padres por miedo, decidieron incapacitarme.

Mis padres me cogieron y sin decirme nada de nada me llevaron al Juzgado de Dos Hermanas. Allí yo vi a un señor, detrás de una mesa, que decía que era médico forense y me preguntó sí yo sabía a qué iba, a lo que le contesté que yo no sabía nada. Ese médico no me explicó nada, se dedicó a hacerme muchas preguntas de matemáticas y yo le contestaba bien y mis padres se ponían a resoplar. Después llegó una señora que, decía que era jueza que  tampoco me explicó para qué estaba yo allí y también me hizo más preguntas que yo contestaba, mientras notaba que las caras de mis padres eran de cabreo. Y eso os puedo contar, así fue el proceso de mi incapacitación.

Después de unos años me enteré en el centro ocupacional que estaba incapacitada, pero tampoco tenía muy claro que significaba…

 

Cómo viví mi incapacitación

Y cuando me ofrecían un trabajo o un curso yo no podía cogerlo porque yo estaba Incapacitada y decidían mis Padres en mi Futuro. Me habían anulado en todas mis decisiones y todos mis derechos y yo ya no me sentía como una persona sino como un mueble inútil, y perdón por la expresión como una simple mierda y un cero a la izquierda que no servía para nada.

También me incapacitaron para decidir qué hacer ellos con mi cuerpo y ahí se metió el médico de cabecera que aconsejó a mis padres que me operaran para que yo no pudiera tener mis propios hijos. Y para poder salirse con la suya, me tuvieron que amenazar con separarme de mi pareja.

También me llevaron engañada a operarme: no tuvieron suficiente con arruinarme la vida.

En esto años que he estado incapacitada no he sido una persona, no me he sentido como una mujer, me he sentido como una simple mierda y un cero a la izquierda. No he tenido ningún derecho a decir mi propia opinión y cuando abría la boca para dar mi opinión me mandaban a callar. Ellos se veían con el derecho de mandarme a guardar silencio y si no te callabas y respondías te decían “para decir tonterías, estás más guapa calladita”. Me he sentido como una basura.

También me sentí que me había condenado en vida.

También me vulneraron el derecho de ser madre y esposa y ser feliz.

 

¿Qué te hizo dar el paso de revisar la incapacitación?

Estaba muy cansada de la manipulación que tenía en mi vida. Soy validadora en accesibilidad cognitiva y lectura fácil y con Plena inclusión Andalucía estuvimos validando sentencias de incapacitación, y ahí me di cuenta de que mi sentencia era injusta. Manifesté mi enfado y desacuerdo en unas jornadas con futuros jueces y les pedí que a la hora de poner una sentencia se pusieran en lugar de la persona. Validando sentencias, comprendí el significado de lo que ponía en una sentencia y quería que en la mía pusiera algo parecido. Entonces hablé con mi pareja y le comenté que quería que revisaran mi sentencia y le pedí su apoyo porque era muy importante tenerlo a mi lado en los momentos duros que iban a llegar . La trabajadora social y la directora del centro ocupacional que conocen mi recorrido, me animaron a la revisión de la incapacidad.

 

Mi proceso de revisión: cómo lo viví y cómo lo vivieron en mi casa

Hace 3 años, cuando me dijeron que me iban a revisar mi Incapacitación me puse muy contenta.

Desde el centro me contaron todos los pros y los contras del proceso, me pusieron en sobre aviso de que la relación en casa podría ser mala pero yo a pesar de todo quería ser libre.

Yo en casa no conté nada de mi propósito, el problema fue cuando llegó a casa la citación de mis padres para ir al juzgado. Seguro que sentían miedo y no sabían a qué venía esa citación. Mala suerte porque nos citaron a todos el mismo día, mis padres al ver tanta gente de Aturem y a mí, ya sabían que pasaba, cuando llegué a casa, bronca que me gané.

Empezó la guerra con mis padres y cada vez más fuerte.

Mis padres cogieron tirria y odio a la trabajadora social y a la directora pero yo seguí hacia adelante con el tema de la Incapacitación, en casa no se hablaba del tema.

 

¿Cómo me siento ahora?

Me siento bien, libre, puedo hacer todo lo que antes no podía, tomar mis propias decisiones y poder firmar un contrato de trabajo, tener mi propio sueldo, convivir con mi pareja, ir de tiendas para comprarme mi propia ropa y calzado.

Y ya he conseguido todo lo que yo he deseado y ahora me falta conseguir sacar mis oposiciones de auxiliar administrativa y de celadora del SAS.

 

Consejo

Que las personas que estén Incapacitadas sigan adelante con el proceso y que sus familias los apoyen y si no lo hacen que no tengan miedo que no van a estar solos.

También le pido a las personas con discapacidad que cuando los lleven a algún sitio, que pregunten a qué van y si no le responden o no le gusta lo que escuchan, no conteste ninguna pregunta, pidan siempre información accesible que sea comprensible. Somos personas, no objetos, con derecho de poder de decidir y opinar.

Gracias y feliz día de la Mujer.»

 

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